Madrid Madrid... Como española siento que debería tener mas orgullo por nuestro patrimonio, nuestros artistas, nuestra cultura. A veces parece que somos los primeros en criticarnos y decir palabros desagradables sobre nuestros logros comparándonos siempre con los paises vecinos. Con este proyecto me gusta poner en valor todo lo ya mencionado. Visitar los museos de mi ciudad y descubrir las joyas que tienen que ofrecerme. Y luego hacer algo nuevo con ello y mi manera de verlo. Es inevitable comparar la cultura clásica con la cultura mediática actual. Jugar con los cuadros y las obras para darles un toque nuevo y a veces como chistes gráficos. La técnica es digital, moderna, actual, pero pasada por un filtro de tradición, casando así dos conceptos casi irreconciliables. La monotipia da un caracter único a cada imagen a demás de una textura y de unas imperfecciones que añaden una capa de personalidad aleatoria a la obra
Chamanes
Chamanes... Los chamanes, con sus máscaras que los protegen de los espíritus a los que representan, son los que en las tribus enseñaban el camino, siempre con un elemento de bebida, uno de comida y sin olvidar nunca la música. Las máscaras de los chamanes son versiones de dioses menores y mayores que nos llevan a estos lugares mágicos, a ser nosotros mismos sin mas.
EightyAgers
Eightyagers...
Las eightyagers son mujeres que han sabido saltarse las barreras que a veces ponemos y que nos impiden ser felices y libres. “¡Yo hoy me visto como me da la gana! ¡Y me da igual lo que piense la gente!”. Esa es la libertad a la que se debería aspirar sin necesidad de esperar a que pasen los años. Se podría decir que estas imágenes son ‘estampitas’ que nos tienen que recordar cada día qué queremos ser, para que no se nos olvide.
Culto a lo cotidiano
Cosas en mi cabeza
Las personalidades afloran en estos retratos psicológicos sembrados de fantasía y eclecticismo.
Peces
Este proyecto nace de la contraposición de sensaciones que produce la naturaleza muerta.... “Pasear por los mercados para ver las mercancías de cada puesto me transporta a otro lugar. Los productos se repiten en orden o desorden transformándose en texturas. Las calles de mercado de Chinatown me intrigan con sus sugerentes puestos de extraños productos y me atraen con sus olores, sus colores, sus formas. El pescado me produce repulsión y admiración a la vez ¿cómo puede algo con un olor tan fuerte y desagradable, pero con unos colores intensos y cambiantes, atraerme tanto?
Los pescados sobre el hielo en sus cajas, como joyas expuestas en vitrinas heladas. Atraen sus formas, sus colores, sus fases: pescado seco, pescado fresco… Es fascinante recrear sus líneas y sus ojos brillantes, sus escamas de colores, como joyas cotidianas.”